¿Qué lenguaje habla nuestro cerebro?
Cada parte de nuestro cerebro habla un “lenguaje diferente” y por lo tanto tiene necesidades diferentes. Por ejemplo, hay partes más sensoriales que no reaccionan ante la “razón” sino que necesitan otro tipo de estímulo para calmarse.
Si entendemos la que el cerebro está compuesto por diferentes áreas que tienen funciones complementarias pero heterogéneos podemos comprender que se utilicen formas diferentes para comunicarse. Esto no quiere decir que no haya una interconexión y comunicación entre estos diferentes “lenguajes” De hecho, la integración es el objetivo máximo del cerebro.
¿Con qué lenguaje habla nuestro cerebro?
Aprovecho el concepto del cerebro triúnico para ilustrar estas diferencias. Este modelo presenta tres divisiones:
- Área del tronco y el cerebelo encargado de la supervivencia y por lo tanto está relacionado con el pulso cardíaco, la respiración, equilibrio, estados de excitación… El lenguaje que utiliza es entonces en forma de respuestas de defensa “lucha, huida, congelamiento”
- Área límbica: relacionada con el mundo emocional y nuestra capacidad de relacionarnos y vincularnos con nuestro ambiente. Se manifiesta en sensaciones corporales sentidas y emociones.
- Área cortical y prefrontal: esta zona está relacionada con nuestra capacidad de planificación, pensamiento abstracto y metacognición. Es aquí donde construimos un mapa de quienes somos y lo que nos rodea. Esta zona utiliza el razonamiento para entender el mundo emocional e instintivo de las otras zonas.
Más allá de la anatomía cerebral, cada persona puede observar cómo ciertas circunstancias requieren más de la presencia de otra persona o de un abrazo y no tanto de palabras. Es posible, inclusive, que tengamos la necesidad de soltar un impulso reprimido que no pase por ponerlo en palabras. La palabra es muy sanadora, pero no todo sana con palabras.
¿Por qué importa el lenguaje?
- Construcción: El lenguaje que utilizamos es importante porque construye nuestra realidad.
- Conexión: Nuestras palabras pasan a ser nuestras creencias y nuestras creencias acaban afectando nuestro comportamiento y estado de ánimo
- Lenguaje no verbal: En la comunicación no sólo importan las palabras sino también los silencios, el tono de voz y el lenguaje no verbal. Es por esto que no reaccionamos igual ante la misma frase dicha de forma diferente. ¿Cuántas veces hemos dicho: “no es lo que dijiste sino cómo lo dijiste”?
Volviendo a la idea de los diferentes lenguajes nuestro cerebro está entrenado para captar señales y percibir inclusive antes de ser conscientes de ello. Las áreas encargadas de nuestra supervivencia son capaces de captar señales de peligro y amenaza y preparar el cuerpo para huir, luchar o congelarse. Esto puede ser una respuesta muy útil si el peligro es real pero una gran interferencia si no lo es. De hecho, las personas que han sufrido traumas, sobretodo interpersonales, suelen tender a agudizar su capacidad para percibir el peligro. Inclusive, llegando a percibirlo cuando no está presente.
¿Qué estilos de comunicación existen?
Como comentábamos anteriormente, cuando nos comunicamos estamos enviando mensajes en distintos niveles (verbal, no verbal, implícito y relacional). Es por esta razón que “no vale” comunicarse de cualquier forma.
PASIVO
AGRESIVO
ASERTIVO
Los estilos de comunicación se pueden entrenar pero obviamente también son una representación de las experiencias y cómo se han relacionado con nosotros. Así que nos podríamos formular muchas preguntas: ¿hemos sido escuchados? ¿necesitábamos gritar para ser escuchados? ¿daba igual lo que dijésemos?
¿Por qué importa el lenguaje interior?
Muchas veces esperamos que las frases bonitas vengan de los demás. Pero nos olvidamos de la importancia de nuestra voz interior. Es primordial hablarse a uno mismo con cariño para conseguir que todo el interior coopere y se sienta integrado. Esto se debe a que cuando utilizamos un lenguaje interno que acoge todo lo que somos se acaba la lucha interna.
Sin embargo, no siempre es fácil generar este discurso amable. A fin de cuentas, nuestro lenguaje interior se compone de todo lo que recibimos en nuestra infancia.
“Lo que un día fue interpersonal, se convierte en intrapersonal”
Afortunadamente, no es una sentencia y por lo tanto lo podemos modificar. Una observación interesante es si pones atención, escucharás de dónde vienen esas frases que te dices: alguien te las dijo alguna vez.